adrienblu@gmail.com
@adrienblu
vídeo
baila, baila, baila
we are not dancers
gameboy
performance
fotografía
fue nunca llevó acento
álbum
rouge genet
fimotation
intérprete
reel actor/bailarín
textos
poesía: loger - déloger
opiniones
coreografía
crida'm
inicio
yo me acerco
solo he crecido
Mirarte en el espejo ha sido la constatación. El bebé que siempre llora en los aviones ha vuelto dispuesto a hacer saltar todas tus alarmas: si nacer es el pistoletazo de salida, tú ya llevas —en el mejor de los casos— media carrera recorrida. Señor, siéntese y abróchese el cinturón. ¿Cómo que señor? No sabe con quién está hablando — te atreves a decir, aunque solo eres un tipo preocupado. Frente al espejo de un baño minúsculo te das cuenta de que, efectivamente, te pareces un poco menos a ti. Cada una de las partes que te compone está un poco más irreconocible hoy, aunque menos que mañana. Trataron de avisarte, pero nunca te pensaste como algo caduco. Abrazar la adultez no entraba en tus planes y aquí estás: contoneándote frente a tu reflejo para verificar que ya bailas como tu padre baila en las bodas. Ojalá abrir la puerta y preguntar, a gritos, si algún pasajero siente lo mismo que tú. No te preocupes, tus órganos funcionan bien y seguirás sintiéndote identificado con personajes adolescentes de ciertas series. Si mi vida es una serie, ¿en qué temporada estoy? ¿Cuántas hay? A partir de ahora, harás lo indecible para desmarcarte de tu crecimiento, por ejemplo: nunca comprarás un felpudo en el que se lea “Bienvenidos”. De hecho, nunca comprarás un felpudo. Te niegas a pensar que tu juventud quedará guardada en una caja a la que solo acudirás para chequear todo lo que has olvidado. Dos golpes en la puerta son suficientes para provocarte un sobresalto. Señor, lleva mucho rato dentro. ¿Todo bien? Sí, solo... he crecido — dices. Si esto fuera una sitcom, ahora alguien le daría al botón de las risas enlatadas; pero no se oye nada, solo la cadena que usas como tapadera. Te aterra que los tripulantes y los pasajeros sepan el punto en el que te encuentras, incluso el bebé. Al menos en Tinder podré fingir mi edad — osas. No, joder, no quiero ser uno de esos. Sales haciendo un sobreesfuerzo para mostrarte lo más fresco posible frente a personas que duermen o miran una película con desgana. Ningún niño te mira con condescendencia y ningún anciano te mira con compasión. Nadie espera nada de ti en este avión. Buena suerte y buen viaje.